viernes, 5 de junio de 2009

Caricatura.


La idea central es desentender a la caricatura como el dibujo cuyo parecido y exageración facial habla de un personaje reconocido. Pues a mí entender es mejor una caricatura no inmediatamente reconocible, pero sí con una actitud que apoye la posición o estatus del retratado. Además, no es estrictamente necesario disfrazar a un personaje ni dibujarlo con la desproporción ya común y vulgar de la cabeza inmensa sostenida por un cuerpo independiente y perjudicialmente pequeño.
Asumo que la idea concebida de una caricatura de plaza pública es la correcta para un gran número de personas, incluso ligadas a la visualidad profesional, y es en base a esto que mi esfuerzo apunta a trabajar en una base distinta, que tampoco será correcta si se quiere, pero es la que manda mi trabajo de dibujante.

Primero se tiene en cuenta la posición o situación de un personaje al mismo tiempo que su corporalidad (incluyendo sus rasgos faciales), y luego se interviene ese cuerpo vivo exagerando aquellas características que me sirva para manipular la información que quiero dar. Difícil sería dibujar a Julio Cortázar de cabeza inmensa considerando que es delgado y muy alto, aunque la idea sea demostrar su activo cerebro, si es que lo tiene. O dibujar un Alfred Hitchcock de cuerpo ínfimo me negaría la oportunidad de mostrarlo como lo concibo; mayor, gordo, tan ovalado como su calva cabeza.
Cabe destacar además, que la risa no es siempre el veredicto de la caricatura, ni debiera ser su meta. La caricatura viene de una oscuridad que tratada en otras instancias puede ser considerada solamente grave, como el defecto físico o las conductas delictuales. Salvo en el robo de un libro, un ladrón es reprochable, y la caricatura apunta justamente a ese robo que escapa del mal acto redondo, que es robo pero al mismo tiempo es nobleza, robo que se convierte en un acto de crítica por el alto precio del libro o por la propia miseria.
Así, la caricatura termina siendo una suerte de caricaturización. Una labor no condenable, nada de tediosa ni riesgosa que enjuicia algo o a alguien. No es el fiscalizador, pero pone en ojo público lo condenable. No se requiere más conocimiento que el básico, pues no es necesario conocer a cabalidad la obra de un escritor para caricaturizarlo, ni saber las artimañas del robo de un alto ejecutivo para declararlo culpable con el lápiz. Es una opinión dibujada.
Pero el peligro es verlo todo caricaturizable, como el caso de Woody Allen que sin ser dibujante, sus personajes cinematográficos sí tienen mucho de ello y de muy buena calidad, y por lo mismo termina en sus peores obras haciendo caricaturas vulgares.

Volvamos a la oscuridad, ya que es un pilar de apoyo para tratar a la caricatura con un origen maligno, o más bien, siniestro.
Teniendo en cuenta -de acuerdo al cerebro Freudiano- que lo siniestro corresponde a lo que no debió aparecer dentro de lo familiar, referido a eso que tendría que haber permanecido escondido, entonces podemos suponer que un medio como la repugnante Revista Insólito –que recuerdo en kioscos hace ya varios años- funcionó justamente como un publicador de fotografías y contenido de asuntos extraños, principalmente ligados a situaciones corporales, entrometida en un territorio de diarios, revistas de moda y autos.
Así también, quizás el único show televisivo que mantiene la presencia del Bufón, en tanto personaje humorístico que aprovecha su condición física deformada, es el programa de Morandé. Sin la nobleza retratada por Velásquez en la corte Madrileña del siglo XVII, de los encantadores y humanos enanos, Morandé cumple el papel de Rey y no de Pintor, entonces los exhibe como fetiches de apoyo al vago libreto humorístico, custodiados casi siempre por esbeltas y retocadas mujeres que no hacen más que calentar el morbo y el desnivel. Ahí es cuando la morfología televisiva se acerca más a la deformación humana de Picasso, con un ojo que perfectamente puede instalarse en un hombro. ¿Es el cubismo una caricaturización del ojo retiniano? Puede ser, en tanto una fragmentación de espacios y cosas dispuestas en un plano.

1 comentario:

M Fugas dijo...

Que bueno Abrigo de Piel, Comparto lo que dices en este post, esta muy bueno.Saludos para ti dibujante!!!