sábado, 26 de enero de 2008

Café Lumiere.


Gran película no. Pequeña película contemporánea estilo Ozu, heredando un taiwanés lo bueno del viejo japonés.
Situaciones en un Tokio cálido y sus afueras, con una tranquilidad que encanta donde el sonido de una taza de leche caliente es tan importante como el sonido de trenes que graba el flaco de los libros usados. Su amiga Yoko, quien vive en un espacio mínimo captado en una cámara fija frente a un ventanal, soñó un extraño sueño que el flaco se encarga de aclarar encontrando respuesta en un libro infantil europeo. Ella, por su cuenta, busca tranquilamente los pasos de un compositor taiwanés que visitó Japón en los años 30.
Más que una historia es Cine puro. No hay que esperar el final para concluir la obra, sino solo disfrutar y dejarse llevar por los sutiles fragmentos de planos más bien cerrados y asoleados, interpretar quizás ciertos enamoramientos escondidos, reconocer la preocupación de una madre madura y el relajo de una joven embarazada, escuchar los sonidos de la cotidianeidad y el murmullo de personajes que no muestran la boca.
Creo que Ozu estaría encantado de encontrar ésta película de Hou Hsiao Hsien en el universo del cine, con sus fueras de cuadro tan livianos y necesarios, y posiblemente la dejaría en una repisa así como una devota señora guarda un santito para los momentos difíciles.


El dibujo no tiene nada que ve, pero quería acompañar el texto con alguna imagen, y que mejor que con la gran 2046 de kar Wai.

2 comentarios:

jorgebiggs dijo...

BIEN PIEL, BUEN BLOG, BUENOS DIBUJOS COMO SIEMPRE, ESPECIALMENTE EL TEE DE GOLF QUE PARA QUE SALGA UN BUEN TIRO, DEBE SER GOLPEADO JUNTO CON LA PELOTA

Sandía Calada dijo...

Muy bien primo. No esperaba menos, de verdad. Buen blog,estaremos revisandolo y comentando. Exelentes dibujos y que buen humor eh?